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Dolor pélvico crónico

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El dolor pélvico es el gran desconocido aún por la sociedad.

Se define como dolor persistente muy limitante percibido entre la parte inferior del abdomen y la región pélvica tanto en hombres como en mujeres y es importante detectarlo a tiempo.

Supone un gran impacto en la calidad de vida a nivel emocional, comportamental y sexual del que lo padece.

En la mayoría de los casos NO existe un atrapamiento puro del nervio pudendo, pero sí presentan alteraciones funcionales en la musculatura del suelo pélvico.

Esos casos son diagnosticados de síndrome miofascial con o sin alteración de la rama sensitiva del nervio pudendo y presencia de puntos gatillo.

Cuando la musculatura no presenta un estado físico normal en tono, fuerza y elasticidad puede desencadenar problemas para evacuar, para orinar y alteraciones en la esfera sexual.

Por otro lado, existen causas ginecológicas como la endometriosis o la común dismenorrea (dolor menstrual) que afectan en gran medida a aquellas mujeres que la padecen y que, en ocasiones, no son escuchadas y atendidas con rigurosidad.

La vejiga también sufre inflamaciones como la trigonitis o lesiones en su mucosa como en la cistitis intersticial que además de cursar con dolor afectan a la función miccional e incluso defecadora por la globalidad del sistema abdomino-pelviperineal.

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“El dolor no es una opción, el sufrimiento sí.”

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¿QUE SÍNTOMAS CURSAN EL DOLOR PELVICO CRÓNICO?

  • Dolor o escozor al orinar con sensación de infección (cistitis).
  • Malestar al defecar o sensaciones parecidas al síndrome del intestino irritable.
  • Pesadez al pasar mucho tiempo sentado.
  • Dolor durante las relaciones sexuales (dispareunia).
  • Ganas frecuentes de orinar.
  • Picor o ardor en la zona genital en el ano y el periné.
  • Sensación de congestión pélvica y/o abdominal.

Los resultados suelen ser más eficaces cuando los primeros síntomas son valorados y tratados lo antes posible.

Recomendamos la valoración rutinaria por Fisioterapeutas de suelo pélvico al inicio de los síntomas.

La evidencia científica presenta la fisioterapia como una herramienta eficaz en su tratamiento
con la ventaja de no tener riesgos ni efectos secundarios.